Su
nombre viene por su comportamiento de
defensa, ya que, ante las amenazas, esta pitón reacciona
enroscándose en forma de bola y escondiendo la cabeza entre sus anillos.
La pitón bola tiene su
origen en la
zona occidental del
continente africano.
No tiene un gran
tamaño, cuando es adulto su
longitud oscila entre 1,30-1,50 m y su
peso puede ser superior a 1,5 kg. Los
machos suelen ser
más pequeños que las hembras. Ambos sexos se caracterizan por tener un
cuerpo corto pero de
musculatura fuerte.
Su
hermoso aspecto está marcado por diferentes patrones de
atractivos colores.
Suele tener un carácter
inofensivo y poco agresivo. Estas características y su buena adaptación a la cautividad la convierten en una de las pitones más
habituales y deseadas como
animal doméstico.
Pueden vivir entre
20 y 30 años. Durante la
muda de la piel, que dura de una a dos semanas, el
aspecto de la pitón bola
se altera. Sus ojos se vuelven más opacos y su piel adquiere un aspecto más apagado.
Hasta que termina el proceso no recuperará su apariencia normal ni el apetito.
En cuanto al terrario, será suficiente uno de
tamaño de 100 x 50 x 50 cm. para un adulto y de 80 x 50 x 50 cm para una pitón bola joven. Un terrario
semi-tropical es el ideal para simular el clima de su lugar de origen. La
humedad relativa debe mantenerse entre 60-90% para evitar problemas con la muda, para ello se rocía con agua 2 o 3 veces por semana. La
temperatura diurna debe oscilar entre 26 y 32º mientras que la nocturna hay que bajarla a 24º. Las placas térmicas de cerámica, focos de luz o infrarrojos ayudarán a conseguir las condiciones óptimas.
La
ventilación es importante pero hay que evitar las corrientes de aire. Respecto a la
iluminación, al tratarse de una especie nocturna con vista infrarroja, basta con que el terrario esté en un espacio con una ventana o se pueden utilizar lámparas especiales para estos animales.
Disponer en una zona fresca una
cubeta con agua tibia del tamaño suficiente para que la pitón pueda bañarse además de beber.
La pitón bola adulta come principalmente
pequeños ratones, con uno a la semana bastará. Hay que tener en cuenta que en la época de muda no querrá comida y no hay que forzarle.
Conviene desparasitarla 2 veces al año. También pueden presentar otros
problemas como estomatitis o infección de boca, neumonía o una mala muda.
Permite ser
manipulada fácilmente cuando se ha acostumbrado a su ambiente. A pesar de ser
mansa, los movimientos bruscos o un agobio excesivo pueden ponerla nerviosa.
Se debe coger por el centro del cuerpo de forma suave pero firme. Conforme adquiera confianza con el dueño el animal será irá volviendo
menos huidizo. En caso de que
se enrosque con fuerza al cuello o a alguna extremidad, se debe mantener la calma y desenroscarla
con cuidado.