Antes de emplear cualquiera de los materiales de fondo hay que lavarlos abundantemente con agua corriente.
Se coge un cubo, y se llena hasta una tercera parte de su capacidad con el material a lavar, lo ponemos debajo del grifo y a remover, hasta que el agua que rebose del cubo este totalmente clara.
Las gravas gruesas se limpian antes que aquellas de material fino. Recomendamos el uso de agua templada.
No hay que olvidar que, una vez al año, deberemos desmontar nuestro acuario y lavar el material de fondo a conciencia.