El crecimiento de algas suele ser unos de los
problemas más frecuentes en acuarios. Este crecimiento, aparte de suponer un problema estético (agua verdosa y turbia, crecimiento sobre elementos decorativos y plantas) supone un
riesgo para los peces. Compiten con las plantas naturales por los nutrientes y además se instalan sobre la superficie de sus hojas pudiendo incluso llegar a asfixiarlas. También son responsables de variaciones diurnas de pH y variaciones en los niveles de oxigeno disuelto en el agua.
Aunque bien es cierto que las algas suponen un importante complemento en la dieta de muchas especies,
debemos controlar su crecimiento, pues si no pueden llegar a convertirse en una plaga difícil de erradicar.
Las
causas de aparición y proliferación de algas en el acuario son muy variadas. Factores como la iluminación (excesiva iluminación, iluminación inadecuada, incidencia directa de la luz solar), la calidad del filtrado, acúmulos de fosfatos, nitratos o silicatos o la cantidad de anhídrido carbónico pueden influir en la aparición de algas.
Los
alguicidas consiguen eliminar de forma eficaz las indeseables algas de su acuario (algas verdes, filamentosas y fluctuantes). Son totalmente
inocuo para los peces y las plantas.