Las resistencias para acuarios más populares son las
sumergibles controlables por termostato.
Las resistencias nunca deben colocarse dentro de la grava; esto puede provocar un calentamiento irregular en la cubierta de cristal, la cual puede explotar o agrietarse y permitir la entrada de agua con resultados fatales para los peces.
En acuarios grandes, es mejor utilizar dos resistencias pequeñas, una a cada extremo del tanque, en vez de una sola de alto voltaje. Esto asegura una mayor distribución del calor y además garantiza que en el caso de que una de las resistencias falle, la temperatura no caiga de golpe durante demasiado tiempo, ya que es improbable que fallen las dos a la vez.
La resistencia debe colocarse de tal manera que caliente la parte inferior del tanque, creando una corriente de agua cálida hacia arriba. También pueden colocarse dentro de los filtros externos eléctricos, formando así un
termofiltro, con la desventaja de que si la bomba falla también lo hace el sistema de calefacción.