El terrario de un reptil no suele ofrecer condiciones adecuadas para el desarrollo de los huevos. En general la incubación es más efectiva si se hace de forma artificial. Se venden incubadoras relativamente sencillas y asequibles.
La incubadora debe cumplir tres condiciones: distribuir el calor de modo uniforme en todas partes, mantener temperatura y humedad constantes, y permitir una ventilación suficiente.
Cada especie de reptil necesita condiciones particulares de incubación, sobretodo de temperatura y humedad.
Estas incubadoras suelen ser de tamaño pequeño, no más de 100 huevos, y tienen que tener en común para la eclosión de reptiles, un control muy exhaustivo de la humedad ambiente. Con termostatos más precisos y con un control de la humedad también muy preciso, puesto que de ello dependerá nuestro éxito en la eclosión.
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