Algunas recomendaciones para cuidar a nuestra tortuga

  1. Cuando se manipule la tortuga, debe evitarse girarla bruscamente. Si por cualquier causa el animal se voltea, se le intentará colocar en su posición original por rotación inversa. La situación anatómica de los pulmones (en posición dorsal) hacen desaconsejable que el animal permanezca mucho tiempo apoyado sobre su espalda. La compresión por parte de otros órganos internos dificulta la respiración y puede ocasionar asfixia. 
  2. Es frecuente que se produzcan ahogamientos en tortugas acuáticas si el número de superficies de reposo que se ha dispuesto resulta insuficiente o, accidentalmente, en hembras durante el apareamiento. 
  3. Las tortugas disponen de pocos mecanismos de adaptación para combatir las variaciones de la temperatura ambiente. Dichos mecanismos se basan fundamentalmente en modificaciones del metabolismo basal. Los golpes de frío son por lo general benignos, pero predisponen a los animales a padecer infecciones. El aumento de la temperatura es más peligroso, y puede ocasionar alteraciones de tipo nervioso: excitación, convulsiones....No dejar mucho tiempo a las tortugas a pleno sol (pueden aparecer además quemaduras en el caparazón) y controlar los sistemas de calefacción del acuario. Como en el resto de las especies, el calentamiento debe realizarse de forma progresiva.


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